jueves, 7 de agosto de 2008

Beijing huanying ni (Bienvenidos a Pekín)

Juegos olímpicos de Beijing serán la exhibición del cinismo mundial
A poco tiempo de la inauguración de los XXIX Juegos Olímpicos en Beijing, China continental, surgen evidencias de que el régimen imperante en ese país no tiene la menor intención de evolucionar hacia una sociedad más abierta, libre y democrática. En efecto, pese a que el Comité Organizador de China hizo formal promesa de que la censura al derecho a la información sería eliminada al menos durante el desarrollo de los juegos, ahora hizo saber al mundo en forma oficial que no permitirá la transmisión o divulgación de informaciones de naturaleza no deportiva, es decir, mantendrá la censura con todo rigor “por razones de seguridad de Estado”. Frente a esta clara violación de los derechos humanos por parte de China comunista, una vez más se debe lamentar el silencio de gran parte de la humanidad

A poco tiempo de la inauguración de los XXIX Juegos Olímpicos en Beijing, China continental, surgen evidencias de que el régimen imperante en ese país no tiene la menor intención de evolucionar hacia una sociedad más abierta, libre y democrática. Si el hecho de haberse adjudicado a China comunista el derecho de organizar y realizar un evento típicamente occidental como son los Juegos Olímpicos hizo creer a la humanidad que los mismos serían un factor de estímulo hacia una sociedad mejor, la realidad sin embargo se está encargando de desmentirlo.


Desde un principio hubo graves discrepancias con el Comité Olímpico Internacional (COI) acerca del manejo sin censura del derecho a la información durante los juegos, por lo que el Comité Organizador de China hizo formal promesa de que dicha censura sería eliminada al menos durante el desarrollo de los juegos. No obstante esto, a pocos días de la inauguración de los juegos en Beijing, el citado Comité hizo saber al mundo en forma oficial que no permitirá la transmisión o divulgación de informaciones de naturaleza no deportiva, es decir, mantendrá la censura con todo rigor por “razones de seguridad de Estado”, según dijeron. Esta prohibición hace especial hincapié a las cuestiones que tienen que ver con los grupos considerados “subversivos” por China comunista, tales como el Falun Gong y el Independentista Tibetano, que desde hace décadas luchan por su libertad y autonomía.

Frente a esta imposición de censura que implica una clara violación de los derechos humanos por parte de China comunista, una vez más se debe lamentar el silencio de gran parte de la humanidad que, por simples razones de conveniencia económica, de sentido meramente oportunista o por afinidad ideológica, legitima de esta forma la actitud de un Estado totalitario que no tiene empacho en asestar un duro golpe al corazón mismo de acendrados principios universales, como son sin duda el derecho a la libre expresión y de información.


Esta manifestación de hipocresía y doble moral sube de tono al saber que quienes habitualmente reclaman e impugnan violaciones de derechos humanos, como los llamados “grupos progresistas”, se callan miserablemente cuando las mismas provienen de un país como China, y el silencio les acompaña aun cuando se sabe que líderes que aparecen como supuestos abanderados de la libertad, como George Bush y Nicolas Sarkozy, estarán presentes en el acto inaugural. La presencia de estos en cualquier otra parte hubiera desatado una catarata de protestas de los “grupos progresistas”. Buena muestra de hipocresía, por cierto. Frente a este cuadro tan desalentador, se debe valorar la actitud asumida por Alemania, que, según recientes cables de agencias noticiosas, propuso a través de la Comisión de Deportes, como respuesta a la censura impuesta por China, suspender la transmisión inaugural de los Juegos Olímpicos de Beijing.

Si la humanidad pretende conservar y consolidar una civilización rica en la promoción de los derechos humanos y el progreso moral en búsqueda de hacer realidad sus mejores sueños, no tiene otro camino que proscribir de su conducta la hipocresía y el cinismo.

Fuente: http://www.abc.com.py

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