Hace dos años, Andrés Manuel ganó las elecciones. Lo supimos, en su casa, cuando nos entregaron los resultados de las dos encuestas de salida que habíamos contratado. Los estudios que había mandado realizar Televisa decían exactamente lo mismo, tal como le comentó, ese día, Bernardo Gómez a López Obrador.
Hace dos años el IFE no quiso evitar el fraude. Su presidente, Luis Carlos Ugalde, no se atrevió a hacer lo correcto y permitió al PRI, al PAN y a los gobernadores de estos dos partidos realizar toda clase de acciones ilegales en las casillas de votación.
Hace dos años AMLO supo que la lucha por consolidar la democracia mexicana no sólo no había terminado, sino que se iba a prolongar y, a partir de esa fecha, iba a resultar cada día más difícil.
Hace dos años, cuando empezó a quedar claro que se había impuesto el fraude orquestado sobre todo por Vicente Fox, muchos de mis amigos de entonces comenzaron a darme la espalda. Pienso, desde luego, en la gente de Milenio con la que yo trabajaba (Pancho González, Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Román Revueltas). No me sorprendió que lo hicieran, pero los suponía capaces de guardar las formas.
Hace dos años, en fin, nacimos muchos a una nueva vida, la de la resistencia. Y nos ha ido bien porque, sin duda, vamos ganando. El que más ha ganado, claro está, es El Peje. Cuánto ha crecido Andrés. Es el líder más importante de México, el que tiene más autoridad moral.
Las consecuencias
del fraude
El 2 de julio de 2006 Felipe Calderón y el PAN perpetraron un fraude en las elecciones presidenciales. En lo inmediato esto significaba la destrucción de la democracia que México apenas había experimentado por primera vez seis años antes. Pero muchos de nosotros advertimos lo que significaría en el mediano plazo: un estallido social.
No nos hemos equivocado. Al margen de los justos reclamos del pueblo contra los vicios del viejo régimen priísta que el PAN ha perpetuado, como corrupción, latrocinio, represión, pobreza y desigualdad, la desesperación de los estratos más pobres del país está llegando al punto en el que la falta de atención a sus necesidades más básicas los ha obligado a la confrontación directa con las nanas que le cuidan el trasero a Calderón (unos pobres diablos que se hacen llamar "EMP" y otros tantos vestidos de verde).
Prueba de esto fue lo ocurrido ayer en el Estado de México. Un grupo de indígenas Mazahuas llegó hasta el lugar en el que aterrizó el helicóptero de Felipe Calderón y protestó por la falta de agua potable en sus comunidades. La protesta no pudo ser contenida por los gorilas del EMP que acompañan a Calderón para que éste se esconda tras sus faldas, por lo que se le dio la orden al Ejército para que amenazara a los indígenas con armas largas.
No es un incidente menor. Lo que hizo Calderón fue amenazar de muerte a los indígenas -entre quienes había mujeres con niños en su rebozo. Y todo porque reclamaban la más básica de sus necesidades: la necesidad de agua. Ni siquiera eso ha podido atender el que en campaña no dejó de chingar con que en el DF no se había resuelto el problema del agua, y que fue al Edomex a repartir "apoyos" (es decir, a COMPRAR VOTOS) con su programa "vivir mejor".
Horas más tarde, el ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, declararía que en el gobierno de Calderón hay un exceso de privilegios para gente como Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps y Manlio Fabio Beltrones, los amos del poder en el PRI. Es decir, a dos años del fraude, el país ha regresado a la dictadura autoritaria priísta.
¿Qué explicación pueden darnos de todo esto los que tanto alegaron hace dos años que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México?
Aqui las diferencias de como influye ante la sociedad mexicana un presidente que el pueblo lo quiere y al otro individuo al que odian.
Presidente Fraudulento FECAL
Presidente Legitimo Andres Manuel Lopez Obrador
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