China ganó este miércoles la primera medalla de oro en gimnasia por equipos femenina de su historia olímpica en los Juegos de Pekín-2008, donde las brasileñas desperdiciaron una oportunidad única al terminar en la octava posición de la final.
Ante a un público volcado, las anfitrionas se tomaron también la revancha del Mundial de 2007 ante Estados Unidos, que pagó caros muy cara la caída de su gimnasta Alicia Scramone de la la barra de equilibrio, y tuvo que conformarse con la plata.
La medalla de bronce fue para el joven y renovado combinado de Rumanía, que llegó a la capital china a adquirir experiencia para el futuro, sin ninguna de las gimnastas que conquistaron el oro en Atenas hace cuatro años.
Brasil, que disputaba por primera vez en su historia una final por equipos, tras haber terminado séptimo en la ronda previa, terminó en la octava y última posición que, aunque le pueda saber a poco, sigue siendo inédita. Hasta ahora, el mejor resultado de las sudamericanas era el noveno lugar logrado en 2004.
"Lo podríamos haber hecho mejor. Nuestro mayor problema fue el suelo, donde tuvimos notas más bajas que en la fase de clasificación", dijo Daiane dos Santos, la veterana del equipo, que tras dos rotaciones ocupaba el sexto lugar. Pero su compañera Daniele Hipolito agregó. "Sólo de estar en la final ya lo considero una medalla para nosotras".
La final, anunciada como un mano a mano entre chinas y estadounidenses, no decepcionó a los 18.000 espectadores que animaron incansablemente a sus compatriotas y gritaron "China, China" al final de cada uno de sus ejercicios en el Gimnasio Nacional de Pekín. "Esta es la medalla de oro más importante... el increíble ambiente aquí en China permitió que todo el equipo estuviera lleno de entusiasmo y de moral", declaró el entrenador Lu Shunzen, que transformó el equipo que abandonó los Juegos de Atenas sin un solo oro en la maleta.
Para Sacramone, en cambio, sólo había desesperación, tras su caída de la barra de equilibrio y su posterior resbalón debido seguramente a los nervios. Mientras la gimnasta lloraba, la delegación estadounidense acusaba al personal del estadio de haber retrasado su ejercicio y haberle hecho perder la concentración.
En la final, chinas y estadounidenses quedaron emparejadas e hicieron juntas las rotaciones por los cuatro aparatos. Las estadounidenses se colocaron primeras tras el salto, pero tuvieron que ceder el mando en el segundo tras un festival chino en las barras asimétricas, gracias al brillante ejercicio de He Kexhin.
La sombra del desastre planeó por encima del equipo chino en la barra de equilibrio tras la caída de Cheng Fei, pero Sacramone le siguió los pasos, y dejó el desenlace para el suelo, donde la estadounidense volvió a fallar.
China selló su victoria con un dinámico ejercicio de Cheng Fei acompañado de música tradicional china que cosechó una atronadora ovación. "No creo que se me pueda llamar heroína", declaró la joven Cheng. "Fuimos por delante de todos durante una competición llena de emoción y de preocupación, pero al final logramos la victoria".
Con este triunfo, las gimnastas chinas, acusados por algunos de ser más jóvenes que la edad mínima para competir, sumaron la segunda medalla en la gimnasia para China después de la lograda la víspera por el equipo masculino.
China, que busca superar por primera vez a Estados Unidos en el medallero de unos Juegos Olímpicos, sueña ahora con más metales dorados en los concursos individuales y en las finales por aparatos, previstas en los próximos días. Sus representantes se clasificaron primeras para todas las finales por aparatos, dejando escapar sólo la del concurso general individual, donde la gran favorita será la estadounidense Shawn Johnson, y en la que las brasileñas Jade Barbosa y Ana Silva tendrán una nueva oportunidad de hacer historia.
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