Aprieta el calor en el National Indoor Stadium. Hay que buscar una sombra antes de que las gimnastas de artística finalicen su entrenamiento. Las rusas, las rumanas y las chinas trabajan apenas separadas unos metros, mortales con pirueta que valen su peso en oro.
Zhang Peiwen, responsable chino, da las últimas órdenes. El trabajo marcha bien. Hay que coger el autocar de regreso a la Villa Olímpica, recluirse de nuevo en las habitaciones, hasta las que no llega el runrun y la polémica de estos Juegos: ¿Cuántos años tienen las estrellas chinas?
La Federación Internacional de Gimnasia (FIG) exige que las deportistas cumplan 16 años en el año en el que se disputan los Juegos. ¿Los tienen realmente? El cara a cara con ellas puede resultar engañoso, pero parecen muy jóvenes. Sonríen, mueven la cabeza en reverencia mientras el llavero de sus mochilas cascabelea. Incluida Yang Yilin, sobre quien los medios estadounidenses, agarrándose a los registros que circulan por Internet, afirman que tiene 14 años.
En la base de datos del COI, Yang ha sido registrada por el Comité Olímpico Chino como nacida el 26 de agosto de 1992. Cumple los 16 años dos días después de que acabe la competición. El nombre de Yilin sucede a los de He Kexin y Jiang Yuyuan, que también están en la barrera de la edad. Zhang Peiwen nos atiende reiterando su desencanto por lo que se publica en Estados Unidos: "Hablo del talento de mis chicas, no de sus años".
Pero el papel no se lo lleva el viento y en los registros de la Administración General del Deporte en China de los años 2004, 2005 y 2006 figura que Yilin nació el 26 de agosto de 1993. Por ello, no podría participar en estos Juegos. Andrei Guiesbuhler, secretario general de la FIG, no se posiciona: "Sin otra prueba, debo fiarme de las garantías que de sus pasaportes da el COI".
Las cifras bailan alrededor de Yilin, favorita en el concurso general y en barras asimétricas. "Debe centrarse en el torneo y no prestar atención a lo que se dice", afirma Peiwen a este enviado especial. "Estamos trabajando bien, como los otros países". Se sube al autocar, en el que ya esperan las niñas de sus ojos, las que la partida de nacimiento les plantea un abismo mayor que el de la barra de equilibrios.
Fuente: http://www.as.com
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